El 25 de enero de 1898, el buque de guerra USS Maine llegó a aguas de La Habana con la misión de proteger a los ciudadanos estadounidenses que corrieran peligro por las revueltas relacionadas con la Guerra de Independencia Cubana (1895–98). El barco estuvo anclado en el puerto de La Habana hasta su misteriosa explosión y hundimiento el 15 de febrero de 1898. Unos 260 marinos de EE.UU. murieron en el accidente, causado posiblemente por un incendio en las calderas. No obstante, en EE.UU. muchos lo atribuyeron a una agresión española.

Carlton Theodore Chapman pintó aquí el barco renovándose en un varadero, con su reluciente pintura roja antiincrustante. Construido en 1888 y puesto en servicio en 1895, el Maine fue uno de los primeros acorazados de la “nueva” Marina de EE.UU. Chapman quizás hizo la pintura como documento visual de la modernización de la Marina, pero también es un retrato del poderío naval del país.