Jeringa antitifoidea aséptica Lederle
La fiebre tifoidea fue un gran peligro para las fuerzas de EE.UU. durante la guerra. Un estudio de seis campamentos de salida de reclutas demostró que de los 107,973 soldados, 20,738 contraerían tifoidea y 1,590 morirían de esta. Aunque para 1898 se conocía la causa y cómo evitarla, el incumplimiento de medidas sanitarias en los campamentos devastó a las tropas. La indignación nacional y la concienciación del público fomentaron reformas sanitarias militares. Tras aprobarse por una junta médica del Ejército de EE.UU. en 1908, se introdujo una vacuna contra la tifoidea como opción voluntaria.
1910
Vidrio, metal y etiqueta de papel
8.9 × 2.9 cm (3 1/2 × 1 1/8 in.)
Museo Nacional de la Salud y la Medicina