Felipe Agoncillo (1859–1941)
El 7 de agosto de 1898, Emilio Aguinaldo encargó al abogado filipino Felipe Agoncillo que viajara a Washington D.C. para participar en las negociaciones de paz a nombre de la República Filipina. Sin embargo, la oficina del presidente William McKinley rehusó recibirlo, alegando que no representaba a un gobierno legítimo.
Agoncillo zarpó entonces para París, donde esperaba reunirse con los comisionados que negociaban los términos del tratado de paz, pero de nuevo fue rechazado. El 12 de diciembre de 1898 presentó la protesta oficial de la República ante el tratado, donde afirmaba:
Reclamo [...] el cumplimiento de la declaración solemne hecha por el ilustre William McKinley [...] de que, al ir a la guerra, no le guiaba intento alguno de expansión del territorio nacional, sino [...] el deber de libertar a pueblos tiranizados y el deseo de proclamar los derechos inalienables, con la soberanía propia, de los países libertados del yugo de España.