Revolucionarios filipinos
En 1892, Andrés Bonifacio fundó en Manila el Katipunan, uniendo a los obreros y artesanos para oponerse a España. Para fines de agosto de 1896, miles de hombres y mujeres estaban listos para la rebelión, que dio comienzo cuando un informante alertó a los españoles sobre el Katipunan. Sin embargo, para principios de 1897 ya la Revolución Filipina se había desarticulado a causa de divisiones internas en el Katipunan.
Aunque en la Convención de Tejeros el 22 de marzo de 1897 se intentó unir a las facciones, Emilio Aguinaldo terminó por desplazar a Bonifacio y sus seguidores votaron por reemplazar al Katipunan con un gobierno revolucionario. Bonifacio fue ejecutado el 10 de mayo de 1897. Ese año, Aguinaldo y sus seguidores retrocedieron de la provincia de Cavite hasta la remota Biak-na-Bato, en la provincia de Bulacán. Allí Aguinaldo firmó una tregua con los españoles por la cual aceptaba la amnistía, 800,000 pesetas españolas y la promesa de reformas. Aquí posa con sus seguidores durante su exilio en Hong Kong (1897–98)